Friday, August 25, 2006

UN CHOLO LITERARIO EN EL PAÍS DE LOS ILETRADOS



Este jomboy se autodenomina el Hyepez; y es que su plus ultra lo dice todo: antes que las convicciones prevalecen en su calaca los intereses; becario de la «suma sacerdotisa foxista de la cultura», la señora Bermúdez, «que en verdad rebuzna» (dixit René Avilés Fabila); experto en turbias negociaciones y cuchupos en los premios literarios; especialista en recoger las virutas filosóficas del pasado para armar sus espeluznantes bodrios literarios; predicador del izquierdismo infantil y mentiroso de tomo y lomo que se comporta como vedete prostituida; pregonero de mentecateces seudorrevolucionarias y aviador del IMAC, el IBCBC y demas filiales del CONACULTA.
Para identificar a nuestro primer invitado, trinquetero aprendiz de filosofastro, emplearemos algunos motejones que se ha ganado a pulso.
Heriberto Esculapio Yépez, también es conocido con los remoquetes del Yahír de las letras tijuanenses, el Cholo literario, el Roque Villanueva de los culturosos, el Siete Puñetas, el Baikas, el Pelón con zuelas de hule y, asimismo, con el transgenérico apodo de Doña Yépez.

En vista de que mis comentarios en torno a las yepeziadas están mas sobados que la zarzuela de «El Pichi», voy a transcribir algunos fragmentos de ciertos blogueros descereberados que le tiene harta enviadia a este charlatán culturoso.
En el primer plano tenemos a la Manuela Changueroti (discípulo renegado del Erasmo Katarino).
Va:
«Tenemos al laureado y berrinchudo ensayista bajacaliforniano mostrando el cobre de aquella cholez y baja estofa de donde proviene; es importante retroceder al probable pasado pachuco tumba pesos de Doña Yépez, y hallar, con esperanza de tomarlo en serio y no reírse, el origen de todos sus problemas emocionales. Es claro que la Gestalt que doña Yépez estudia no le ha servido de nada».

Proseguimos con el discursillo de la Meña Cahngueroti:
«Pues bien, hasta hace poco, uno de sus acólitos, Juan Carlos Reyna, pedorreaba la indiferencia que le provocaba a Doña Yépez la crítica de blogueros como Héctor Martínez www.elcharquito.blogspot.com o yo, argumentando que su señor y maestro www.hyepez.blogspot.com ya "escribía para otros lectores". Doña Yépez misma nos acusaba de envidiosos y neuróticos, de amarlo odiándolo, y de admirándolo al criticarlo».

Nada más nauseabundo que lidiar tipejos como el Yépez; un solemne huevón cuya encomienda es darle rienda suelta a su estúpida megalomanía y pararse el culo en tertulias literarias.
Un extremo pusilánime que no enfrenta a los que lo critican; prefiere hacerse el desaparecido. Temeroso, oculta la chompeta como la culona avestruz. ¡Ah, pero qué bien chupa la ubre estatal, y no deja de estar mamando chidamente del presupuesto, gozando como cabrón a costillas de los pagaimpuestos.